miércoles, 28 de abril de 2010

Fuimos dos extraños, así fue como empezó...



Antes de Octubre, sabía que llegaba la primavera simplemente por sentir el olor de las flores, por ver a las parejas riendo sin cesar y porque los días duraban un poco más (para bien o para mal).
Me levantaba, tomaba el 531 con la nariz fría, me chocaba con la gente, escuchaba religiosamente los mismos temas porque me ponian de mejor humor, puteaba a los mismos de siempre. Volvía a casa, abría las ventanas, contemplaba otra mañana y pensaba en dormir 15 minutos. Hablaba por teléfono con mamá, con papá y quizás mi hermano, fumaba tranquila y planeaba la semana. Moría otro día más, sin pensar en otra cosa más que en lo que moralmente me correspondía.
¿El corazón? bien, gracias. Corazón podrido de latir, así estaba. No quería tener tiempo para preguntarle como estaba, si no lo escuchaba mejor (un problema menos) porque solo me interesaba que cuando el reloj marque las 7.15 las piernas respondan, el brazo se extienda solo a prender la luz y el cuerpo marche.
Y así estaba, sin él. Sin mi. Murió otro año.
¿Después de Octubre? Ya sabes bien que sigue... perfecto desconocido, días más livianos, sueños intensos, paz de más (que nunca lastima), esperas, llamadas, desvelos productivos, sonrisas al levantarme, planes hechos y deshechos, y sobre todas las cosas amor que no sabe fallar.
¿Que necesitas que te diga que ya no este dicho, escrito y soñado?  ¿Gracias? Sí, por devolverme el alma.



1 comentario:

Jude dijo...

Qe linda declaración
Te felicito por los cojones figurativos