domingo, 16 de mayo de 2010

Solo con el tiempo


Solo con el tiempo uno aprende a leer entre lineas cosas con las que antes nos conformabamos. Hoy renuncio al conformismo en el que me sumergí muchas veces , hoy reconozco la carencia de sinceridad en las cartas que guardo. Sinceridad: ¡Cuidado con la palabrita! dijo Benedetti.
Solo con el tiempo uno junta el coraje y asume el peligro de releer las palabras que el viento nunca se llevó, porque (para bien o para mal) estan durmiendo en la mesa de luz a la espera de una noche en vela. Al asumir dicho peligro, me enfrento con la posterior decepción. Porque lo que mi memoria recuerda es la carta rodeada del mes, año, y entorno personal pero no a la carta en sí (quizás por eso vuelvo, vuelvo y la busco)
Solo con el tiempo me dí cuenta que acercarme a la relectura de ella no solo me aproximó a la decepción, sino abrió mis ojos a la inevitable verdad. El tiempo hizo que mi memoria despoje el mes, el año y el entorno personal que no me dejaba leerla al revés. Ahora leyéndola más "objetivamente", me revuelco con la realidad y me destruyo pero renazco. Renacer, que linda palabrita.
Finalmente se trata de distinguir lo que vale de lo que no vale la pena, solo con el tiempo...

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