jueves, 10 de junio de 2010

Vuelvo.


Distinto es el regreso, cuando algo tuyo quedó en el aire y todavía me abraza. Distinto es atravezar la puerta, viendo que todo esta igual a como lo dejamos. Hasta el lugar que menos camino me resulta lindo cuando veo un cartel que promete encontrarte de nuevo, porque lo miro y me inunda la certidumbre que del otro lado hay un puente y ahí estas, tan hermoso como siempre (quizás más).
 Vuelvo, y la verdad es que te encuentro en casi todo y es por eso que vuelvo, para abrazar los espacios que recorriste conmigo o sin mi pero dentro de mis cuatro paredes. Abrazo tu ropa, nosé. Tu huella. Tu hueco en mi cama, ese hueco en el que anido mientras vigilo con calma nuestra foto que sabe hablar por sí sola.
No te voy a mentir, admito que cuando abrí la puerta todo era un decorado triste y oscuro porque no estas acá. Sin embargo ni ese ni ningun otro pensamiento pueden con la fuerza que recorre mi cuerpo al abrazar por sobre todas las cosas a la certeza de que en pocos días todo va a ser diferente, felíz simplemente porque vas a estar conmigo...

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