lunes, 9 de agosto de 2010

Pasiones: alimento de alma.


En general este fue un año de pasiones, en todo sentido y me quise detener hoy a pensar un segundo en ellas. Por sobre todas las cosas me dió vueltas esta frase todo el día: La pasión como alimento (gran titulo taquillero). Entonces todo me llevó a preguntarme...¿Soy apasionada?
Lo esencial radica en el empeño que la mayoría ponemos en taparlas cuando las creemos incorrectas, negando la obviedad de que las pasiones son como las alas : son para volar, no para esconderlas. Ese mismo empeño por aplacarlas, es el que les da fortaleza para florecer del suelo como los hongos y creo que eso es lo que hace de las pasiones algo incontrolable, casi revolucionario. Una persona sin pasiones, se marchita por dentro, se vuelve ermitaño, la vida le sabe agria.
No solo cuenta la pasión de la mano del amor, si no también al momento de ciertas elecciones: por ejemplo una profesión. Con el mecanismo de TENER que estudiar o trabajar de algo, me olvido de elegir con pasión QUERER ser ese algo. Uno puede esconder y evadir lo que verdaderamente quiere ser, pero con el tiempo la pasión se encarga de sacar la esencia a flote para que no se pierda.
Hablo de la pasión como elección de vida,
como un motor entusiasta,
como alimento del alma.


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